La vida es muy curiosa: el
pasado fin de semana una noticia de un
periódico digital me acabó llevando a una exposición que había en Granada, de
la que no tenía ni idea que existía.
Tang Xianzu fue un poeta y
dramaturgo chino que vivió en la misma época que Cervantes y Shakespeare y aunque no es apenas conocido fuera de las fronteras
de su país llegó a tener tanta fama por sus obras como el cisne de Avon y el manco de Lepanto.
Nació a mediados del siglo
XVI en la ciudad de Linchuan, al sureste de China, en una familia acomodada y
letrada. Con cuatro años ya leía y con 12 escribía poemas.
Se dedicó a la carrera
política al final de la dinastía Ming en la que sufrió muchos sinsabores y hasta
el destierro. Cuando dejó la política centró todos sus esfuerzos en escribir.
Sus obras tienen como
protagonista a la mujer cosa bastante impensable en una sociedad como aquella,
en la que los matrimonios concertados eran lo habitual y las mujeres tenían un
papel secundario. En sus obras también hace una crítica de la sociedad china que
vivía el ocaso de la Dinastía Ming.
Escritor prolífico, gran
poeta, es más conocido por sus obras
teatrales: entre ellas El pabellón de las peonias que ha sido traducido al
inglés y al español, cuya edición ha sido presentada este mes de octubre.
Para celebrar el cuarto centenario
de la muerte de este escritor y de paso
presentar la traducción de su famosa obra la Universidad de Granada y el
Instituto Confucio hicieron una modesta exposición sobre el autor y sus dos
coetáneos antes citados.
Algunas reproducciones ponían fin a la visita: un
traje del vestuario de la protagonista
del Pabellón de las peonias, una maqueta del pabellón, y varios ejemplares de
la obra, la traducción al español, el original chino y partituras sobre la
música que acompaña a la representación teatral.
Por otra parte en la prensa
nacional han salido varias noticias sobre el tema, entre ellas una en la que
cuenta que la ciudad de Fuzhou van a crear reproducciones a tamaño real de las localidades que vieron
nacer a Cervantes, Shakespeare y Xianzu como
parte de los festejos del cuarto centenario de su muerte.
Es curioso, pero si los occidentales sabemos poco, por no decir nada, de la cultura china, a ellos les pasa lo mismo. Y si de un tiempo a esta parte bien es verdad que los chinos están adoptando una actitud de interés hacia la cultura occidental, no nos pasa a nosotros lo mismo. Una pena.
ResponderEliminarUn saludo
Saludos Carmen, es cierto que la gente tiene poco interés pero lo bueno es que existen excepciones de personas curiosas y espero que siempre las haya. Un abrazo y buena semana.
EliminarDesconocía la existencia de éste dramaturgo. Una interesante entrada que nos acerca a la cultura china, desconocida para muchos entre los que me incluyo.
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos Ambar: Las casualidades y el interés nos llevan a lugares y a conocer a personas diferentes y compartirlos es un placer. Me alegra que hayas descubierto temas interesantes un abrazo.
EliminarAunque era una muestra pequeña, y la tecnología había desaparecido misteriosamente, mereció la pena. Por lo desconocido, por lo "casual" (no creo en las casualidades) y por la compañía. Y el marco era perfecto, te emplazo para otra entrada dedicada al lugar.
ResponderEliminarEso de emplazar me suena muy trágico, haré una entrada sobre el lugar tomo nota. Gracias por el comentario majo. Un abrazo.
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